jueves, 8 de febrero de 2018

Denis Villeneuve: Visión y Versatilidad

Por Fernando Muñoz 


En el cine traído por Hollywood, hay algunos nombres que siempre están presentes por ser los pilares de la industria, directores que han contribuido con su trabajo a fundar el cine como lo conocemos hoy en día. Leyendas, maestros, visionarios, sus películas son paradigmáticas, son referencia. Dentro de estos personajes figuran Steven Spielberg, Stanley Kubrick, Martin Scorsese, Brian De Palma, Francis Ford Coppola y Alfred Hitchcock por nombrar algunos.

Sin embargo, las generaciones avanzan y el talento emergente da la cara y comienza a enfilarse para ser llamados de igual manera, en un futuro no muy lejano, maestros. Uno de esos nuevos rostros es Denis Villenueve.

De nacionalidad francocanadiense, Villenueve ha estado en el rol de director desde 1990, al frente de una serie de cortos aclamados. Tiempo después, dirigiría su primer largometraje, August 32nd on Earth en el año 1998.

Las cintas Polytechnique (2009) e Incendies (2010) le darían un mayor reconocimiento, con presencia en los Festivales de Cannes, Venecia y Toronto. Incendies sería nominada al Premio de la Academia a mejor película de habla no inglesa.

Incendies (2010)
En esta década, Denis Villeneuve es ya uno de los directores más aclamados de la industria. Su filmografía demuestra su versatilidad y su innegable visión. Prisoners (2013), Sicario (2015) y la multi-nominada en los Premios de la Academia Arrival (2016) son ejemplo de ello.

Prisoners (2013)
En 2017, Villeneuve estrenó la secuela de Blade Runner, película enigmática de ciencia ficción dirigida por Ridley Scott en el año 1982. Blade Runner 2049, interpretada por Ryan Gosling y Harrison Ford, me atrevo a decir, es una de las mejores secuelas que se han hecho. Respeta y da lugar a la primera película, explora las mismas temáticas, pero desde distintas perspectivas y, de la mano del legendario cinematógrafo Roger Deakins, es un festín visual como ningún otro. Personalmente, le apuesto a que 2049 será considerada un hito cinematográfico en el género de ciencia ficción.

Villeneuve con Deakins en el set de Blade Runner 2049
Así que, si queremos darnos una idea de los directores que se abren paso en el mundo cine para trascender en la historia, Denis Villeneuve es un nombre que seguramente estará rondando por ahí.

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Por Emilio Muñoz 

Amigo, amiga, felicidades. Has sobrevivido otro semestre como becario en la Universidad. Sin embargo, hay algo que nunca cambia, las actividades de servicio becario obligatorias. Este semestre, se contará con las siguientes:

1. Torneos Internos:
Inicio – 29 de enero.


En estos torneos, se les presenta a los alumnos la oportunidad de realizar el deporte que les gusta / interese con el incentivo de llevarse premios sorpresas si quedan como los ganadores de dichos torneos. Hay equipos de Football, Ping-Pong, Volleyball y más.

2. Concierto ANCORE:
Fechas: 22, 23 y 24 de febrero (a escoger una fecha).

Concierto que organiza la Universidad en conjunto con los talentosos alumnos de Música.

3. Night Fest:
Fecha: 21 de marzo.

Una adoración nocturna que, en esta iteración, se llevará a cabo a forma de un Viacrusis viviente.

4. ASUA por los niños:
Fecha: 14 de abril.

La Anáhuac le prepara cada semestre a un grupo de 500 a 600 niños una serie de actividades con enfoques académicos y de utilidad práctica, de la mano de voluntarios universitarios. Temática sorpresa.

5. Presentación de flamenco.
Fechas: 19, 20 y 21 de abril (a escoger una fecha).

Presentación de baile que preparada por alumnos de flamenco

6. La Fiesta del Siglo.
Fecha: 19 de abril.

Evento misterioso con temática sorpresa.

7. Carrera Anáhuac.
Fecha: 13 de mayo.

Esta carrera demostrará quién es el más veloz y quién tiene que pasar más tiempo practicando para la próxima carrera.

8. Semana de la salud.
Fecha: por confirmar.

Actividades y conferencias que la Anáhuac estará presentando con enfoque en la salud.

Recuerda que es INDISPENSABLE que registres tus asistencias a estos eventos en la App de la Anáhuac, de lo contrario, NO se te tomará en cuenta.

lunes, 5 de febrero de 2018

Mi experiencia estudiando Comunicación en la Anáhuac




Foto de Gerardo Campero


Por Daniela Alcántara 



Estas son las palabras que me hubiera gustado leer en mi primer día de clases, cuando al entrar por la puerta grande del edificio B, me sentí intimidada. Aún recuerdo que mi primera clase fue Mercadotecnia, donde nos enseñaron que nosotros mismos éramos nuestra marca personal y que de nosotros dependía cómo nos vendíamos al mundo. Yo, a mis escasos 18 años, pensaba que en el curso de 4 años de carrera iba a aprender a cómo ser alguien en la vida. Pero estaba equivocada.

En la carrera aprendí muchísimas cosas, eso es cierto. Aprendí la diferencia entre el obturador y el diafragma, aprendí a usar programas de Adobe (de manera intermedia), aprendí quién era Lasswell y aprendí a escribir un sinfín de ensayos sobre la posmodernidad y la influencia de los medios en la sociedad. Aprendí que me gustaba Comunicación, que eso sí fue bastante importante en cuanto a mis proyectos de vida.

Sin embargo, no aprendí a ser ‘alguien en la vida’. Esas cosas no se aprenden en un salón de clases. Se aprenden mientras hacemos cosas, se aprenden con la experiencia. Se aprenden con los buenos y los malos momentos.


Yo en mi primera clase de Fotografía a las 7 de la mañana. Se nota la emoción en mi rostro. 

Una de las mejores cosas de estudiar una licenciatura y específicamente, estudiar una licenciatura en Comunicación, es el tipo de personas con las que aprendes a convivir. Aunque no dudo que en otras carreras haya personas muy diversas, lo cierto es que algo que me encanta de mi carrera es lo fácil que puedes convivir con personas que comparten el amor por los medios pero que no tienen la misma personalidad ni carácter. En Comunicación hay de todo. Desde los más amigueros y ruidosos que claramente aman estar frente a los reflectores, hasta los más callados cuya pasión radica en tomar fotografías, hacer diseño de audio, o en mi caso, escribir para periódicos locales.

Comunicación es un mundo lleno de personas creativas y apasionadas. Gente que, aunque llega un poco confundida y nublada por la gran variedad de opciones que oferta nuestra carrera, termina enamorándose de algo. Sea lo que sea, los que estudiamos Comunicación estamos enamorados de la expresión, como quiera que ésta adquiera forma.


En mi caso, la expresión es palabra, aunque también es cine, y en ocasiones, también transmuta en fotografía y en podcasts.


Yo contemplando mi propia muerte dentro de mi cortometraje 'El Mataperras'


No, es mentira que, al salir de la carrera, automáticamente ‘eres alguien en la vida’; pero creo yo, que estudiar Comunicación me abrió los horizontes y me amplió mi panorama en cuanto a las posibilidades que tengo como una joven de 21 años, en la búsqueda de cumplir sus sueños. Es por eso que agradezco haber pasado 4 años de mi vida en la Escuela de Comunicación de la Universidad Anáhuac. Ahora me toca seguir creyendo en mi amor por la expresión, donde sea que lo encuentre.

Streaming, comerciales, y Justin Timberlake: Lecciones que nos dejó el Super Bowl LII




Por Natalia Álvarez 


Calles vacías pero restaurantes y supermercados llenos, con cientos de personas comprando botanas y bebidas de todo tipo para el tan esperado partido que se transmitiría a las 5:30 de la tarde. Desde temprano, se sentía en el ambiente que el 4 de febrero era domingo de Super Bowl. Aunque los ratings de la edición LII de este evento fueron ligeramente menores a comparación con el año pasado, sigue siendo un evento que siempre da de qué hablar.


Más allá del deporte, el Super Bowl es también el concentrador de los comerciales más creativos y costosos (¿alguien tiene cinco millones de dólares que me preste para anunciarme durante 30 segundos?). Marcas como Bud Light, Doritos y Mountain Dew han dado de qué hablar con sus anuncios divertidos, conmovedores e ingeniosos que son mostrados ante los más de 110 millones de televidentes en Estados Unidos.




Los tráileres de las películas y series más esperadas del año son vistos por primera vez durante el Super Bowl. ¿Y qué hay del famoso show de medio tiempo? Con escenarios magníficos montados en menos de cinco minutos, artistas como U2, Janet Jackson y Lady Gaga han dado de qué hablar durante y después del partido. Pero después de las cervezas bebidas, las alitas consumidas, los touchdowns anotados, y las victorias (o derrotas), ¿qué podemos aprender del Super Bowl?




Esta edición nos enseñó hasta dónde pueden llegar los medios masivos de comunicación y cómo se están transformando. A pesar de que la televisión sigue siendo la plataforma principal de transmisión de este evento, lo virtual le está haciendo una fuerte competencia. La edición LII ha sido la que más ha sido vista a través de streaming en la historia, con 2.02 millones de personas viendo el partido en línea.


También nos dio la lección de que los momentos más poderosos para una marca surgen cuando generas algo único y sencillo. Tide se llevó el trofeo al sorprender a todos con su meta-anuncio. Después de unas semanas difíciles para esta marca, Tide decidió hacer uno de los comerciales más simples y creativos que he visto. ¿Un anuncio que hace referencia a otras marcas, y que además reconoce que es un anuncio en sí? Maravilloso.




El Super Bowl nos enseña la importancia de identificar y aprovechar aquello que funciona para el público. Nos enseña que a veces algo que estábamos seguros de que funcionaría simplemente no lo hace (lo siento, Justin Timberlake). Nos muestra cómo un partido es capaz de mover a tantas personas y empresas, a qué niveles puede llegar una afición deportiva, y ¿por qué no?, nos da una gran excusa para reunirnos con la familia y los amigos.

martes, 12 de septiembre de 2017

¿Quiénes son los Hijos de la Malinche?



Por Fernando Muñoz Ocampo


Octavio Paz. Su pluma entregó El Laberinto de la Soledad, uno de los trabajos más reconocidos de la literatura mexicana. Y es que el autor, mexicano arraigado y amante de su patria, muestra en este trabajo sus preocupaciones respecto al mismo mexicano y lo que significa serlo. Nos pone a las personas nacidas en este territorio en esa incógnita incluso existencial ¿Qué acaso no se dice que la falta identidad es la crisis más grande de este tiempo?
Para dar fluidez a mis palabras, tomé como punto de partida elemental, el cuarto ensayo del libro ya mencionado: Los Hijos de la Malinche.
El escritor hace un recorrido por distintos componentes de la sociedad mexicana, y realiza una analogía que afirma que “el carácter de los mexicanos es un producto de las circunstancias sociales imperantes en nuestro país”. (Paz, 1950: 29). Una vez aclarado esto, expone la historia de estas circunstancias, observando a ésta como un tejido de realidad perdurable, para dar paso a una tésis algo cruda.
Además, se vale del uso del lenguaje, específicamente de una palabra floreada, prohibida, de connotaciones fuertes, una explosión de nuestro idioma que refleja nuestra ira e impotencia, palabra la cual pido por favor, sea contextualizada dentro de los límites cabales de este artículo. Chingar.
La frase, ¡Que Viva México hijos de la Chingada!, grito de guerra y de fiesta, tiene un trasfondo importante en el sentir del mexicano. La palabra chingar tiene una vasta serie de significados dependiendo del contexto que den los labios que la pronuncia, pero en definitivo, es un vocablo que incita algo roto, corrompido, violado. Por ende, en la frase anteriormente dicha, la Chingada es la madre violada, a la fuerza.
Cortés y la Malinche por José Clemente Orozco (1926)

En este punto, Octavio Paz hace el paralelo de esta madre violada con la Malinche, que traicionó a su propio pueblo para después ser olvidada por su amante, Hernán Cortés. Incluso, el adjetivo malinchista, usado para describir lo antimexicano y lo pro-extranjero, viene de este acto de traición, jamás perdonado por el mexicano.
“En ese grito condenamos nuestro origen y renegamos de nuestro hibridismo.” (Paz, 1950: 36). Al repudiar a esta relación de la Malinche y Cortés, el mexicano niega su origen histórico, niega todo un componente de tradiciones. En concreto, el pesar del mexicano es sentir que no pertenece a nadie, porque no aceptamos lo que somos; no conectamos ni con los indígenas ni con los españoles, y el mestizaje no es aceptado. Repudiamos lo que somos, lo que hacemos y lo que hemos vivido.


Es un sentimiento inherente en nuestra sociedad; nos sentimos violados cultural, histórica, y políticamente. Los Hijos de la Malinche son los otros, que no aceptamos, y que, en realidad, son ajenos a ese sentir que tiene raíces de rompimiento, de quiebre, de orfandad. Aunque, viendo luz en el camino, es un sentir que nos puede producir la voluntad de salir de ese agujero.

Referencias: Paz, O. (1950). El Laberinto de la Soledad. Recuperado de: http://www.hacer.org/pdf/Paz00.pdf